2. Asunto de organización

Los altísimos costos de administración de fondos se explican por su lógica organizacional que encarna el problema clásico del «agente y principal» (https://es.wikipedia.org/wiki/Problema_del_agente-principal).

Primero, hay que precisar que la entidad llamada «fondo» es distinta, corporativamente, de la entidad «administradora del fondo». Usted y yo, al comprar tajaditas de un fondo, somos dueños del fondo. La oficina que lo administra, en cambio, es generalmente propiedad de otros.

Si los dueños de los fondos son unos y los dueños de la administradora son otros, los intereses de los administradores de los fondos no coinciden necesariamente con los intereses de quienes ahorran en los fondos.

Para ilustrarlo, consideremos un caso extremo: Interbolsa. Los depositarios adquirían acciones en unos fondos. La plata de los fondos era administrada por una organización controlada por los señores Jaramillo, Ortiz, etc.

Los señores Jaramillo y demás, como lo haría cualquier otro grupo de negocios, buscaban su propio lucro extrayendo la mayor renta posible por administración de los fondos. No sólo cobraron la muy legal pero abusiva comisión del 4% o más (igual que todas las demás administradoras), sino que canalizaron plata de los fondos hacia empresas de su propio conglomerado económico.

Si no hay un cambio en la estructura de incentivos de los administradores bursátiles y pensionales en Colombia, los ahorradores seguirán siendo esquilmados, ya sea mediante el desangre legal y callado de altísimas comisiones explícitas, o mediante la deducción oculta de costos varios que la administradora no tiene incentivo en minimizar — quizás por beneficiar a empresas asociadas.

Necesitamos redefinir las reglas de juego para que los fondos de inversión – asociaciones de ahorradores naturales y jurídicos – recobren su rol de principal, que los agentes (los administradores financieros) estén claramente subordinados al principal y en línea con sus intereses, y que los costos de los agentes sea tan bajos como sea posible.

¿Cómo podría ser implementado? Usualmente se propone que los administradores sean también accionistas de los fondos, dueños parciales de los fondos, para motivarlos a que valoricen sus activos. Podemos ver cómo eso lleve a incrementar los rendimientos brutos — pero no motiva directamente a la administradora a bajar las altas comisiones, problema que no la afecta (pues la administradora no se cobra altas comisiones a sí misma sobre el manejo de su propia porción).

Proponemos una solución más radical: que los fondos sean dueños de la administradora y la controlen estrechamente. La oficina administradora, en vez de ser entidad corporativa aparte , será propiedad del Fondo.

Así, los empleados no han de servirle a dos amos: sólo están al servicio de los fondos, léase al servicio de los ahorradores de los fondos. En este sistema, lo ganado por administración, después de pago de salarios justos etc, se les devuelve a los ahorradores-accionistas, en forma de comisiones más bajas, en vez de irse a las arcas personales de los Jaramillos y Arabias.

El control estricto será posible

  • definiéndole tareas muy limitadas y simples al Agente – tareas que puedan ser supervisadas fácilmente, y que puedan ser realizadas por empleados fácilmente reemplazables.
  • La tarea limitada y simple será el negociar apenas uno o dos productos sencillos.
  • ¿Qué productos financieras son sencillos ? fondos mutuos indexados (quizás encarnados como ETFs), simples escaleras de bonos, etc. Como vienen empaquetados muy sencillamente, es tan simple como una tienda que sólo compra y vende bultos de una misma clase de papas. No hay demasiado que investigarle, ni que derivarle. Bultos de papas. Fácil de controlar, además. No tiene porqué haber pagos a una cuenta en las Islas Cayman si nadie allá vende bultos de papas, ni repos de Fabricato ni préstamos a pizzerías o FotoJapones. Bultos de papas y punto.
  • cambiando nuestras expectativas: en vez de falsa esperanza de ganancias enormes, esperemos las ganancias promedio de un mercado abierto y transparente, pero a comisiones bajas.

Esto no es una fantasía utópica – entidades poderosas en los Estados Unidos, como Vanguard y TIAA-CREF, funcionan así. (*)

Entonces, organicemos un par de fondos:

  • Uno con el único objetivo de comprar un sólo ETF de mercado accionario mundial total, algo asi como el ACWI de iShares o VT de Vanguard, o sus versiones domiciliadas en otros países con mejores regimenes de impuestos. La logística para siempre comprar un único ETF es muy sencilla, no requiere ejércitos de analistas. Estos fondos indexados de mercado amplio ya tienen por dentro una canasta amplísima de acciones de todos los mercados bursátiles del mundo, todas empaquetadas a muy bajo costo (0.17% anual para VT — una ganga para acceder a casi 7400 acciones de todo el mundo).
  • Otro con el único objetivo de comprar una canasta de bonos TES, quizás copiando el listado de la canasta del COLTES, que ya es público, o una escalerita de bonos TES: tareas muy bien acotadas que no necesitan mayor investigación y pueden ser automatizadas.

Y estos fondos se dotan de una oficina que hace las transacciones y atiende a los clientes.

¿Será suficiente con estos ? La respuesta corta: sí. Créanle a William Sharpe, premio Nobel de Economía:(**)

o a Warren Buffett, cuando recomienda qué portafolio dejarle a su esposa:

My money, I should add, is where my mouth is: What I advise here is essentially identical to certain instructions I’ve laid out in my will. One bequest provides that cash will be delivered to a trustee for my wife’s benefit. […] My advice to the trustee could not be more simple: Put 10% of the cash in short-term government bonds and 90% in a very low-cost S&P 500 index fund. (I suggest Vanguard’s.) I believe the trust’s long-term results from this policy will be superior to those attained by most investors – whether pension funds, institutions or individuals – who employ high-fee managers.(***)

(Warren Buffett, Letter to Berkshire Hathaway shareholders 2013, http://www.berkshirehathaway.com/letters/2013ltr.pdf , p. 20)

Creo que en Colombia hay suficiente capital social (academia, empresa privada, sector filantrópico, sindicatos, comunidades religiosas, asociaciones ciudadanas) para soñar en constituir fondos honestos y transparentes, con productos muy simples, donde ahorradores e inversionistas, grandes y chicos, puedan depositar su dinero. Instituciones cuyo únimo ánimo de lucro sea el lucro de sus inversionistas y ahorradores, no el de los administradores.

Esta es una oportunidad para que líderes empresariales apuesten por una estructura fiduciaria como la presentada: tal compañía, cobrando comisiones menores al 1%, sería enormemente atractiva para el mercado. Leo que en Colombia hay un creciente sector de bancos cooperativos, de mayor o menor calidad, pero compitiendo muy exitosamente con los bancos tradicionales. De pronto de allí pueden venir estas empresas financieras. Así que hay que ser optimista, porque hay maneras.

(*) El abanderado de este modelo organizativo ha sido, en los EEUU, John C. Bogle, viejo hombre de negocios, fundador de Vanguard, y ahora comentarista de la cultura financiera en los EEUU en sus varios libros.
Para un ejemplo de lo que dice Bogle, http://johncbogle.com/wordpress/wp-content/uploads/2010/04/JPM-Fid-Principle-Fall-2009.pdf
Vanguard tiene unos costos de comisión de los mabjos en los EEUU. Mi propio ahorro de pensión está en fondos de Vanguard donde me cobran 0.15%, en vez del 3.5% que me cobraría una típica administradora de pensiones en Colombia.

(**) Por supuesto el razonamiento debe ser defendido con más argumentos que el de autoridad — tal defensa quedará para otra página. El modelo básico ya es bien conocido, cualquier profesor investigador de los departamentos universitarios de Finanzas, de los think tanks colombianos o del Banco de la República (gente, esperamos, sin intereses creados en el sistema financiero) puede ayudarle a entender esta idea de inversión mediante fondos indexados. De hecho, los portafolios de las Administradoras de Fondos de Pensión (AFP) tienen un estándar definido por fondos indexados, y seguramente los portafolios reales de las AFPs estan compuestos por tales fondos. (Que la práctica colombiana sea ejemplo de mercados ineficientes no es argumento en contra – de hecho se trata de que nos saltemos esos mercados ineficientes y superficiales).

(***) Lo de 90% en acciones es sólo apropiado en este caso por el tamaño de tal fideicomiso — aún si el índice cayera 75%, el enorme acumulado seguiría produciendo rentas suficientes. Tambien elegir un S&P500 (empresas de EEUU) implica un sesgo — hay un debate activo al respecto. Pero el argumento general es todavía válido: es aconsejable comprar fondos indexados de mercado muy diversificado.